A continuación comparto el artículo que publiqué en "Cultura Redonda" (http://www.culturaredonda.com.ar/) sobre la nueva etapa del futbolista brasileño en España.
Neymar, el día de su presentación en el FC Barcelona. |
El fichaje de Neymar Da Silva Santos Junior (Mogi Das Cruzes, Sâo Paulo, 5 de febrero de 1992) por el FC Barcelona va camino a convertirse en la firma más rutilante del mercado futbolero no sólo por su repercusión mediática sino también por el rendimiento que promete ofrecer a un equipo que demostró la falta de un futbolista de su talento para resolver atascos puntuales y, al mismo tiempo, para potenciar a Lionel Messi, el mejor jugador del mundo. Por estos motivos, la elección parece ser acertada. Con este escenario, se torna inevitable abordar un análisis de sus características y su potencial influencia en el juego del Barça para la temporada 2013-14.
En la reciente final de la Copa Confederaciones entre Brasil y España, pudieron observarse, en el plano táctico, determinadas situaciones familiares para los intereses del conjunto catalán. Fueron pantallazos asemejados a ciertos momentos de enquistamiento sufridos en algunas grandes citas a lo largo de los últimos cinco años. El Inter y el Real Madrid de Mourinho, o el Chelsea de Di Matteo, quizás fluyen como los ejemplos de rivales más recordados a la hora de revisar aquellos planteamientos que se propusieron contrarrestar el exquisito juego de posición barcelonés.
En este aspecto, la superioridad mostrada en el Maracaná
por los hombres de Luiz Felipe Scolari recordó, en varios pasajes, al
cuadro citado en el párrafo anterior debido a una presión alta, a las ayudas
constantes, a los movimientos de basculación coordinados y a la velocidad para
responder con contragolpes letales una vez recuperado el balón.
Este esquema, que depende en gran medida de la calidad que
aporte en su labor el doble pivote para neutralizar virtudes ajenas y que
requiere de un esfuerzo físico y mental brutales en el funcionamiento
colectivo, invita a quien lleva a cabo la acción, en este caso España
o el Barcelona, a explotar preferentemente las bandas para lograr profundidad en
sus ataques dada la congestión que el rival propone, como método de
reacción, en diferentes sectores del centro del campo, hábitat donde
tanto la Selección como el Barça empiezan a ganar los partidos y cuyo
ecosistema, últimamente, ambos encontraron distorsionado.
Es justamente en este apartado cuando comienza a trascender la
futura presencia de Neymar en Can Barça, sobre todo en la dificultad de
las grandes noches. Este tipo de situaciones, tomando como parámetro las últimas
temporadas, pueden darse en el choque de la primera vuelta ante el Real Madrid
y a partir del mes de marzo, probablemente en las instancias decisivas de
la Champions League, más alguna que otra excepción. Son compromisos que
requieren de un estado de forma en su pico más alto, que trasladado al modelo de
juego del Barça se traduce en una precisión y velocidad máximas para ejecutar
eficazmente su fútbol de toque y desmarque, peligrosamente desnaturalizado en el
último curso.
Hasta ahora, uno de los nombres que apareció para solucionar
atascos que derivaron en dolores de cabeza, fue el de Cristian Tello. Pep
Guardiola, con mayor frecuencia, y Tito Vilanova en menor medida, recurrieron a
su sorprendente y saludable capacidad de desborde como elemento desatascador. El
canterano es un extremo que posee una velocidad tremenda y un regate largo casi
imposible de sostener cuando progresa en carrera aunque también se presenta como
un futbolista con notoria tendencia a dibujar siempre la misma jugada, lo que
denota, al margen de esa gran virtud, una carencia de variantes. Por citar un
ejemplo concreto, en el derbi que definió la Liga 2011-12 a favor del Madrid de
Mourinho, Álvaro Arbeloa expuso dicha limitación mediante una clase
magistral de oficio con respecto al manejo de la banda. El lateral lo llevó toda
la noche al lugar donde quería ofreciéndole el pasillo exterior y cruzándole el
cuerpo cada vez que intentaba su jugada predilecta, cuando la maniobra pedía a
gritos “algo” diferente.
Ante situaciones similares al duelo Tello-Arbeloa, la nueva
figurita brasileña asoma como una variante esperanzadora principalmente
gracias a su colorido repertorio, al margen de su condición de estrella. Y es
que si en aquella noche del Camp Nou se extrañó una señal que desactivara el
muro de turno, el abanico de regates que atesora Neymar en su cerebro y que
ordena a su cuerpo con la rapidez de la luz conforman un menú idóneo
para imaginar que puede convertirse en la llave para abrir puertas que, en su
momento, parecían blindadas.
Su habilidad innata para desequilibrar en el uno contra
uno, en velocidad y en estático, con salida hacia ambos perfiles y con un freno
indescifrable, tanto por el centro como por la banda, lo convierten en un arma
vital, pero también inédita en el organigrama culé, para aquellos encuentros que
deciden temporadas. Su afán por “inventar siempre una gambeta distinta a la
anterior” lo define como imprevisible y subraya su condición de futbolista
brasileño. En un profesional, el principal síntoma de madurez dentro del campo
radica en la correcta toma de decisiones y el ex jugador del Santos, en este
sentido, demostró en el último tiempo una ascendente evolución en la
comprensión del juego (su calidad al servicio del rendimiento colectivo). Si
Neymar logra adaptar sus capacidades a los intereses del equipo, y no al
revés, tiene grandes chances de triunfar en un corto plazo y de integrar una
dupla con Messi para el recuerdo.
La primera pared entre ambos la tiró el brasileño en la rueda
de prensa que anunció su traspaso, declarando que llegaba al Barcelona para
ayudar a Messi a ganar más Balones de Oro. En las últimas horas, el
argentino se la devolvió redonda tras apuntar que Neymar no se había
equivocado al elegir la Ciudad Condal como destino para demostrar su valía.
Curiosamente, los íconos de las Selecciones de Argentina y Brasil ya
transitan el mismo camino. El clásico sudamericano, a un año del Mundial,
deberá esperar mientras ambos buscan potenciar el juego del Barcelona incluso
antes de verse las caras en los pasillos del Camp Nou.
Neymar es un jugador de fútbol muy joven, su futuro tiene posibilidades ilimitadas. Creo que Neymar en el Barcelona es el actor. Es un jugador muy duro, y tiene un talento de alto fútbol. Neymar con excelentes habilidades ganó una gran cantidad de aficionados. Neymar también sobre las nuevas camisetas del futbol de la temporada se agotó. Creo que Neymar seguirá creando milagros.
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