Varane en acción. Su corta edad no condiciona su enorme rendimiento. |
Si tras el partido de ida entre el Real Madrid y el Manchester
United se destacó el liderazgo de Cristiano Ronaldo y la influencia que ejerce
para el conjunto de Mourinho en los momentos decisivos, hoy es el turno de
girar la vista hacia la otra joya que posee el entrenador portugués: Raphaël Varane.
La grata aparición del francés ya representa un seguro de
vida en el sistema defensivo blanco, sobre todo en
las grandes citas, como ante el Barça y el United.
A raíz de una evolución
tremenda a sus escasos 19 años, Varane reúne una serie de condiciones que lo colocan
como el hombre del momento en su demarcación. En un puñado de partidos trascendentales, demostró
talento y personalidad, dos condimentos claves para auspiciar una carrera
marcada por el éxito. Recomendado por Zinedine Zidane, su carta de presentación fue desplegada por Mourinho, quien auguró “un central para 10 años”. El luso parece haber dado en la
tecla.
Un poco por guiño del destino tras la lesión de Pepe y la
sanción a Sergio Ramos, y otro tanto por voluntad propia de su entrenador,
Varane se ganó un lugar entre los once del Real Madrid en el momento más
importante de la temporada. Y lo hizo con una templanza arrolladora para su
corta experiencia.
Frente al Barça anuló nada más y nada menos que a Messi con
un par de actuaciones, tanto en Copa del Rey como en Liga, dignas de un auténtico crack. De un
físico privilegiado, veloz en los cruces, contundente en sus intervenciones
y tácticamente sobresaliente, el galo ofreció un recital de cómo deben afrontarse
compromisos de este tamaño. Todo llevado a cabo sin complejos, con la
personalidad de los elegidos. Y como si fuera poco, además sacó a relucir su faceta goleadora anotando en la ida de la Copa, en el momento más delicado del conjunto merengue en la eliminatoria, y remató la faena en la vuelta del Camp Nou. Ambos tantos mediante soberbios remates de cabeza. Completo.
Para despejar cualquier tipo de duda, el ex futbolista del Lens completó otro partidazo
en Old Trafford con clasificación mediante del Real Madrid a cuartos de la
Champions. A pesar del error en el gol del Manchester, su rendimiento no
decayó, demostrando otra prueba de inteligencia emocional.
Dentro de semejante escenario, le tocó bailar con la más fea, disputando un duelo personal para
el recuerdo con Danny Welbeck, del que salió airoso. Junto a la última línea,
sostuvo al Madrid en la primera parte, cuando el panorama se tornaba oscuro por el acertado planteo inicial de Ferguson que abortó las vías de peligro que atesora el Madrid.
Tras la exagerada y decisiva expulsión de Nanni, que modificó radicalmente el curso de la eliminatoria, se tomó un respiro mientras Mourinho maniobraba como sólo él sabe hacerlo, dándole pista a Luka Modric, pieza clave para dar vuelta la historia.
Ya en el final,
volvió a ponerse el mono de trabajo para aguantar el arreón de los ingleses,
interrumpido por un invulnerable Diego López. Aunque a esa altura, daba la sensación que el tiempo para los Diablos Rojos, que necesitaban dos goles para pasar, se había esfumado.
En definitiva, el extraordinario presente de Varane, grandioso por
donde se lo mire, promete un futuro inmediato aún más esperanzador, con la Copa del Rey a tiro y la Décima encaminada. Mourinho sabe que cuenta en la retaguardia con un pilar fundamental para sus intereses. Y el Real Madrid lo agradece.
Muy buen comentario. Muy claro y muy preciso.
ResponderEliminarVarane se merece ser titular en el Real Madrid en lo que queda de temporada, además disputar la final de la Copa del Rey
ResponderEliminarAjustadìsima nota acerca de una figura -Varane-que comienza a nacer en el horizonte futbolìstico internacional. Y en un puesto -primer defensa central- en el cual no abundan las figuras. Mariano Neira nos demuestra -como es habitual en él- su excelente anàlisis en materia futbolìstica y su agudeza para captar virtudes y defectos de los protagonistas -léase jugadores- de este maravilloso deporte.
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