El Racing de Diego Cocca regresó del parón por la Copa América con un objetivo que, de momento, no logró alcanzar durante este mes de competición: ratificar el rendimiento mostrado en el último año. Si bien en el primer semestre el equipo alternó etapas en las que bajó el nivel a causa de las rotaciones y en las que la contundencia ofensiva, dentro de un proceso natural, mermó de cara al arco rival, en los tres partidos post Chile 2015 mostró además un preocupante bajón en cuanto a la solidez defensiva, marca registrada de un grupo que se aferró a esta faceta para llegar a lo más alto.
Esta vulnerabilidad en el bloque defensivo, sumada al escaso volumen para generar juego, muestra a un Racing que no encuentra en el nivel de sus mejores individualidades el sostén para continuar entregando sensaciones de equipo fiable.
Y este obstáculo en el camino del crecimiento se debe a una
razón trascendental: Racing nunca dispuso de un estilo de juego que respalde a
los intérpretes cuando no logran ser determinantes sino todo lo contrario,
fueron éstos quienes mediante su influencia fueron trazando el recorrido.
El último campeón del fútbol argentino se construyó apostando a
su importante solidez defensiva con Lollo como pilar pero también tomando atajos
a la hora de atacar, descansando en el superlativo nivel de Bou y en la
jerarquía de un Milito que por aquel entonces se mostraba entero. Hoy, con el
goleador sin esa cuota de tranquilidad y con el capitán limitado físicamente, el
arma principal decreció y las vías de elaboración parecen gastadas.
Frente a este contexto, Cocca debe parar la pelota y revisar el
plan en pos de mantener el nivel competitivo. Por el momento, su primera
intención fue mantener la estructura colocando en el carril derecho a Noir,
flamante refuerzo de características inéditas en el plantel tras la ida de
Centurión, pero la derrota de Rosario le hizo daño y lo llenó de dudas, por el
resultado y por la forma.
Ante Sarmiento, decidió poblar la mitad de la cancha con el
posterior discutido ´triple cinco`, interpretado hasta ese entonces únicamente
por Cerro-Videla-Aued en la convincente victoria frente a Vélez en el último
encuentro antes del parate. Pero un cambio de nombres altera la ecuación, y el
nivel de Acevedo, reemplazante del lesionado Videla, demuestra no compensar la
modificación del dibujo. Una nueva derrota con Quilmes con idéntica distribución
de piezas y hombres acabó en una charla con aroma a pedido del grupo hacia Cocca
que el técnico así entendió, volviendo a las fuentes contra Belgrano.
Durante esta temporada, Diego Cocca implementó varios esquemas de juego en el equipo titular. |
En el empate frente a los de Zielinski, se recuperaron aspectos
del campeón (actitud, entrega, solidaridad) pero también se vieron ciertos
desacoples en la última línea y algunos problemas en el retroceso desconocidos
en la era Cocca pero habituales desde el mes de julio. Hoy, el equipo recibió
casi la mitad de los goles del presente campeonato en los últimos tres partidos.
No es un dato menor.
Con respecto a las variantes en ataque, con Milito y Bou
intocables y el doble pivote como parte esencial de la estructura, el bajo nivel
de Gastón Díaz y el escaso rendimiento de Romero dejaron a Acuña y Camacho como
piezas principales para el juego exterior. La llegada de Noir, potencialmente
importante por disponer de un perfil que el plantel no tiene, se presentó como
la carta que Cocca buscaba para la función de ´8`. El ex Banfield arribó como el
jugador para desequilibrar y aportarle profundidad y cambio de ritmo a un equipo
que juega sin enganche, que posee volantes centrales con poca presencia en el
área rival y que sufre el planteo de defensas que se esfuerzan en neutralizar a
sus delanteros. Pero la clave pasa por descubrir si Noir logra desenvolverse en
el 4-4-2 o si resulta necesario crearle un contexto en el que pueda explotar sus
cualidades (¿4-2-3-1?). En este caso, da la sensación que al extremo le cuesta
ofrecer su mejor versión con el esquema actual y que se siente más cómodo cuando
su obligación de replegar hasta la zona del lateral no es tan marcada (el penal
que hizo contra Belgrano expuso su falencia).
En tanto, la inclusión de Acevedo, justa o no, o la poca
participación de Romero, lógica o no, no deberían ser temas esenciales de debate
para analizar el funcionamiento de un equipo que aspira a la continuidad en la
victoria. El árbol no debe tapar el bosque: hoy Racing carece de recursos para
ofrecer un repertorio más amplio y, a su vez, no está desplegando con eficacia
la idea original que lo llevó al éxito.
Con el partido frente a Tigre a la vuelta de la esquina, Cocca
volvería a apostar por el ´triple cinco`. Al margen del camino escogido, el
mayor desafío es volver a convencer. El equipo necesita una victoria importante,
merecida, justificada, solvente, para comprobar si, con estos intérpretes,
todavía tiene la capacidad de seguir superando rivales y obteniendo
triunfos.
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