lunes, 19 de agosto de 2013

El desafío de Guardiola

A continuación comparto el artículo que publiqué en "Cultura Redonda" (http://www.culturaredonda.com.ar/) sobre el andar del entrenador catalán en el Bayern Múnich.


En acción. Guardiola quiere imponer su sello propio en Múnich.




En la Bundesliga todo sigue igual. O quizás no tanto. Dos victorias sobre dos posibles le otorgan puntaje ideal al Bayern, que, no obstante, debió sufrir en algunos tramos del 0-1 ante el Eintracht Frankfurt. En tanto, Guardiola continúa transitando el camino de la búsqueda hacia un funcionamiento óptimo con el fin de dominar cada situación del juego de su equipo. Mientras dibuja su propio rumbo, Pep reafirma conceptos, prueba abrir nuevas puertas, innova, modifica, corrige. O lo que es lo mismo: arriesga, como sello de su exitosa carrera.

En este contexto, la breve e intensa aventura muniquesa de Pep quedó reflejada en un momento puntual del duelo del pasado sábado que marca un indicio de la vuelta de tuerca que pretende darle a esta máquina de sumar de a tres heredada por Heynckes.
Corría el primer minuto de juego cuando pudo vislumbrarse un movimiento curioso que retrata el recorrido del entrenador catalán en Múnich. Sucedió en una de las tantas salidas con balón que se llevarían a cabo a lo largo del encuentro. Sin embargo, dicha acción, esta vez, no fue como las demás por lo inédita. Incluso tampoco fue casual la zona donde se desarrolló, con Dante por el sector izquierdo. Pasamos a detallarla a continuación.




Gráfico 1 cedido por @NachoDoradoV, entrenador del Esides Caramanchel C.E.

Gráfico 2 cedido por @NachoDoradoV, entrenador del Esides Caramanchel C.E.




Con el defensa brasileño ejerciendo de eje gracias a su capacidad para sacar el balón desde atrás, el plan requería coordinación en sus tres fases: en la primera, de Álaba efectuando un sorprendente desmarque de distracción hacia el centro. En segundo lugar, de Ribery retrasando su ubicación de extremo y ocupando la zona del lateral para convertirse en el receptor del cuero (imágen 1). Y por último, de Shaqiri, desde su posición de interior, atacando el espacio que el francés había dejado vacante un instante antes para combinar luego entre ambos por dentro (imágen 2). La culminación de la maniobra, en este caso, se transformó en un elemento secundario más allá de la posterior imprecisión ya que el objetivo, el de la sorpresa, finalmente acabó obteniéndose (Ribery logró conectar un nuevo pase del jugador suizo pero la pelota se perdió por la línea de fondo). 
Esta situación de juego, previamente ensayada y sincronizada, la reprodujo en su cuenta de twitter Adrián Cervera (entrenador de la UD San Pedro, equipo de la Tercera División española, además de autor del libro “Modelo Organizacional Estratégico de entrenamiento en fútbol”) y desnuda parte del manual de intenciones de Pep para obtener una salida coordinada pero, sobre todo, una búsqueda que actúe como factor diferencial.
Esta búsqueda deberá convivir de forma inevitable con la inamovible idea de Pep de realizar rotaciones para potenciar e igualar el nivel del plantel dadas las múltiples competiciones que le esperan, aunque es un hecho que a medida que avance la temporada se irá deshojando la margarita sobre los futbolistas más habituales para las grandes citas.
En este sentido, con la última línea encaminada (Lahm, Boateng, Dante y Álaba a la espera de la posición que ocupará Javi Martínez) y la línea de ataque bastante clarificada (Robben y Ribery se presentan, a priori, como extremos titulares por encima de Müller o Shaqiri, acompañados por Mandzukic, Götze o el propio Müller, dependiendo del rival y siempre pensando en los compromisos decisivos), la llave del éxito pareciera residir en la definición de los nombres y roles escogidos para el centro del campo.
Este eslabón de la cadena parece no estar definido aunque su progresión se vio entorpecida por una baja trascendental: la de Schweinsteiger, pieza clave en la confección del mediocampo. A su contrastada influencia en el juego del equipo se le suma una variante que nace a partir de una carencia pero que puede ser productiva para Guardiola: la ausencia del pase vertical made in Busquets (elemento desatascador que impide romper la línea de presión rival) podría tornarse positiva a través de una distribución más segura aunque el precio a pagar por ello sea un inicio más ralentizado y pausado. Justamente lo que busca Pep.
En ese terreno, el de Santpedor se decantó en los dos compromisos ligueros por Bastian como único mediocentro relegando a Thiago, aunque se torna poco probable que el canterano del Barça no interprete un papel protagónico aún cuando estén todos los soldados disponibles. Su excelsa versatilidad para jugar de interior minimiza su momentánea suplencia y la confianza en sus condiciones augura un Bayern con Alcántara en escena. Hasta se lo notó cómodo intercambiando roles con el propio Bastian, a quien permitió llegar a posiciones de remate explotando su habitual despliegue. Lo que parece claro es que Toni Kross asoma como elemento indispensable mientras que Shaqiri y Müller deberán esmerarse para ser una opción fiable en la zona de volantes (se diluyen lejos del arco contrario).
En definitiva, mientras emprende el duro viaje de convencer a sus futbolistas de que hay vida después del triplete (léase continuar ganando siguiendo el mismo patrón pero con ciertos matices), Guardiola, con la derrota de la Supercopa ante el Dortmund archivada pero presente, cosecha triunfos a la vez que va construyendo un desafío tan apasionante como complejo.



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